Descolonizando nuestros cuerpos

“En un contexto como el boliviano, muchos cuerpos son marginados, excluidos y rechazados, sobre todo aquellos que expresan indianidad o choledad, aquellos que se relacionan con la pobreza y la ruralidad. En ese sentido, una de las primeras dimensiones para descolonizar el cuerpo, es trabajar el miedo que hemos corporalizado. Esto es devolver el ajayu a nuestros cuerpos”, así explicaba Iván Nogales, fundador del Teatro Trono, el trabajo que se iba a realizar con miembros de diferentes colectivos.

El Teatro Trono está en la ciudad de El Alto, que se conformó gracias a diferentes olas migratorias campesinas, que abandonaron el área rural y se establecieron en una altiplanicie desde la cual se observa la ciudad de La Paz. El Teatro Trono nació en esta ciudad pujante hace unos treinta años, y desde entonces trabaja con el teatro como una herramienta de liberación y descolonización.

En el encuentro se dieron cita más de veinte personas, entre las cuales había trabajadoras sindicalistas, jóvenes de las diversidades sexuales, agrupaciones artísticas, grupos de reflexión, jóvenes feministas. El hecho de que varias generaciones estaban representadas en ese pequeño grupo, alimentó las discusiones y las experiencias compartidas.

El espacio también era especial. La casa del Teatro Trono tiene varios pisos y ha sido construida durante muchos años utilizando material reciclado. Así, el espacio invita a las personas a recorrerlo con una mirada abierta y receptiva a diversas lógicas y pensamientos. El encuentro empezó con una obra de teatro referida a la historia de El Alto, sus características y también su protagonismo en el devenir de la historia nacional.

A través de diferentes ejercicios y dinámicas teatrales, las personas integrantes de los diferentes colectivos fuimos reflexionando respecto a los miedos que limitan nuestro cuerpo y nuestra expresividad, pero también descubrimos que cuando nos sumergimos de lleno en un trabajo colectivo, ese yo exigente y perfeccionista desaparece, para dar paso a una energía que nos permite descubrir otro mundo, otras formas de conocer, otras maneras de estar.

El taller “Descolonización del cuerpo” tiene una segunda parte, a la cual los participantes serán convocados antes de que termine el año.